Frankfurt: ¡Mucho más de lo que parece!

Como os prometí, hoy (tras haber hablado en un post anterior de Berlín y de Múnich) voy a comentaros mi opinión sobre la ciudad de Frankfurt, la otra gran parada que mis padres y yo hicimos en nuestro viaje a Alemania hace tres veranos.

Nosotros íbamos con la idea en la cabeza de que las ciudades turísticas alemanas por excelencia  son Berlín y Múnich, y no Frankfurt. Y en parte así es… De hecho, Frankfurt está llena de hombres trajeados que van con prisa a todas partes y mujeres elegantes yéndose de compras (porque, eso sí, Frankfurt es una muy buena ciudad para irse de shopping)

No obstante, Frankfurt también ofrece varios lugares turísticos… Imprescindible la Casa Museo de Goethe. Majestuosa e imponente pese a no ser extremadamente grande ni lujosa, aunque algo oscura… Hay también un tren chu chu, por seis euros, en el que yo me subí (¡cómo no!) que te da una vueltilla por los lugares más característicos de Frankfurt (en este caso, no es un tren sino un tranvía chu chu, pero bueno, lo mismo da…); un zoo muy curioso, de los más importantes de Alemania; y, por supuesto, la famosa Plaza de Römerberg, tan conocida y reconocible, entre otras muchas cosas.

También son de destacar, en mi opinión, el edificio de la Bolsa (que se puede visitar por dentro si se pide cita con unos días de antelación) y la Alte Oper, es decir, la Antigua Ópera.

Pero, sin duda, lo mejor de todo es que Frankfurt se encuentra relativamente cerca de los pueblos que yo considero los más bellos de toda Alemania. ¡¡Realmente preciosos!! Así, se pueden citar pueblos de cierta entidad, por población y tamaño, como Heidelberg (a 89 kilómetros de Frankfurt), pero también pequeños pueblillos con un encanto especial, y de gente amabilísima, como mi favorito, Bacharach (a 88,3 kilómetros de Frankfurt).

También me encantó Coblenza, un poco más lejos (a 127 kilómetros de Frankfurt), donde además existe la posibilidad de realizar un crucero por el Rhin, que todos los que lo han disfrutado, no dudan en calificarlo de recomendable. Hay varios tipos, desde los que duran un par de horas, como en el que yo estuve, hasta los que te trasladan a otra ciudades y duran varios días (hasta más de una semana) En todo caso, es una experiencia recomendable, como ya he indicado.

Y por último, y aunque aquí no viene a cuento porque se encuentra próximo a Múnich (a 129 kilómetros exactamente) y no a Frankfurt, desde aquí os recomiendo el castillo de Neuschwanstein, el que inspiró el famoso castillo de Disney, porque es realmente maravilloso (no hay más que ver la foto) y uno de los castillos más bonitos que he visto nunca. Aunque acceder a él es un poco cansado si se llega a pie por la cuestaza que hay que subir…

¡Hasta la próxima!

PD. En la siguiente entrada os contaré a dónde voy a ir este verano de vacaciones, porque pese a la crisis, mi familia y yo no podemos concebir un verano sin viajar… Os relataré un poco el plan y todo lo que pretendemos ver… ¡Estamos emocionados!