Nuevamente, perdón por tardar tanto en postear, pero es que acabo de terminar exámenes después de más de un mes estudiando día y noche. Os dejo ahora con el día 8 de mi viaje por Inglaterra y Gales de este verano. Espero poder terminar el relato de una vez por todas en estas vacaciones post-exámenes que estoy disfrutando ahora mismo:
DÍA 8: LONDRES
- LONDRES (HOTEL)-LONDRES (CENTRO)
Hoy madrugamos algo menos para hacer una panorámica con una guía local, Juanita. Que no os engañe su nombre, porque tiene el acento más británico que se puede tener al hablar español. Parece que lo hace de broma… Según nos dice Juanita, su madre es española, aunque no se nota mucho por su forma de hablar castellano. Jajajajajaja.
La panorámica, a ratos en autobús, a ratos andando, dura sobre dos horas y pico. Juanita, pese a su acento y su avanzada edad, explica cosas muy interesantes. Nos deja en la Abadía de Westminster, por lo que mis padres y yo aprovechamos para verla por dentro. Afortunadamente es prontito y no hay mucha cola todavía. La Abadía es muy coqueta, con diversas figuras y estatuas, aunque más pequeña de lo que yo esperaba, ya que, como sabréis, ha acogido importantes bodas reales. Como curiosidad, la tumba de Newton está dentro de la Abadía, así como la tumba de Darwin, Dickens, etc.
Tras ello, nos desplazamos a la catedral de St Paul, que es increíblemente GIGANTE. En serio, es imponente. Lo cierto es que me encanta, mucho más de lo que me imaginaba antes de visitarla. Además, las explicaciones de la audioguía son bastante amenas (mucho más que en la Abadía de Westminster) aunque un poco largas y un poco evangelizadoras.
La catedral es super lujosa, toda llena de oro. Es increíble. Uno de los edificios más bonitos que he visto en mi vida… Y mira que he visto muchos. Las vistas desde la cúpula, pese a la cantidad de retorcidas escaleras que hay hasta llegar a arriba del todo (uff, las últimas 300 escaleras), son preciosas. Merece la pena el esfuerzo, porque Londres se ve de otra manera desde las alturas… Y si no, mirad esto:
Nada más salir de la catedral de St Paul, comemos algo rápido de pie. Después nos damos una nueva panzada andando (y preguntando a la gente por la calle) hasta el Buckingham Palace. Aunque primero hacemos una paradita técnica en el hotel (un poco cutrillo, de nuevo) Ya en la puerta del Buckingham Palace, lo vemos por fuera y nos sacamos las típicas fotos de turista.
Como nos gusta mucho, compramos entradas para verlo por dentro. Hay que esperar un ratito para entrar, por lo que aprovecho para comprar agua (a precio de oro) y unas cuantas postales baratas (12 postales, 1 libra) para amigos varios. El Buckingham Palace por dentro resulta ser también muy bonito, e interesante. Los inmensos jardines son una delicia, lástima que llueva a mares. A la salida del Palacio, hay una carpa con un montóooon de souvenirs. Son todos geniales (ya sabéis lo que me pierde un souvenir jajajajajaja) pero caros. Aunque hay cosas que merecen la pena, especialmente la vajilla. Estirando un poco demasiado el presupuesto, compramos un par de cosillas para los abuelos, que ellos se lo merecen.
Por cierto, en todos estos monumentos, palacios, museos, etc. suelen hacer descuentos en la entrada para los estudiantes, aunque en general muy poco, unas 2 libras por entrada.
Tras la visita al Buckingham Palace, aun lloviendo, nos desplazamos a Harrods, el famoso centro comercial. Aunque ya me habían avisado, alucino con el lujo desproporcionado que hay allí. Mujeres musulmanas, bellísimas, pueblan todo el centro, y de hecho, parecen las únicas que de verdad compran allí. El resto, turistas (como yo), como mucho vamos al baño. XDDD. Qué lujo todo, incluso la comida.
A destacar también los cochazos que esperan a la salida a las mujeres musulmanas, “flipas” es el comentario que apunto en mi agenda.
Después de dicha visita, nos trasladamos a Trafalgar Square. Nos sacamos una vez más diversas fotos (sobre todo yo) y sin descanso, nos desplazamos a Covent Garden. Hay un mercado muy cuco con un ambiente que me agrada mucho. De hecho, en la Piazza hay bastante gente, pero en plan tranquis. Como me muero de hambre, paramos allí mismo a cenar. Comemos unas hamburguesas y patatas buenísimas en Shake Shack. Ni comparar con McDonald’s, claro, no hay color. Aunque claro, lo bueno se paga.
Después de cenar, damos un paseíllo por allí mismo y volvemos sobre las 10 de la noche al hotel, que está en Old Street, calle (junto a Angel Street) de despedidas y discotecas de jóvenes. Sin embargo, nosotros no tenemos el cuerpo para fiestas… Estoy exhausta. A veces, me pregunto cómo aguanto tanto tute cuando estoy de vacaciones. Como siempre digo, debe ser por lo de “sarna con gusto no pica”. Me da pena que mañana sea el último día de vacaciones, pero por otra parte, necesito descansar ya. Y además, ¡¡mañana es día de compras!!
Como hemos decidido que iremos al aeropuerto en metro (nuestro vuelo sale mañana por la tarde), me dedico a planificar la ruta (hay un sinfín de paradas) antes de dormir, para no andar mañana dando «mapazos» por la calle.
Hasta aquí el penúltimo día de mi circuito veraniego. El próximo día (que será muy pronto, para variar) os relataré el último.
¡Hasta la próxima!
PD. Perdonadme una vez más lo que he tardado últimamente en postear, a partir de ahora lo haré más a menudo. ¡Prometido! ;P
¡Viajando se aprende! 