Antes de continuar con el relato de mi viaje de verano, que me está costando mucho narraros en el blog debido a lo largo que fue y al poco tiempo que tengo ahora para postear, os quiero contar algunas cositas sobre lo que hice este puente de diciembre, que fue visitar Amsterdam (Holanda).
Como no tengo tiempo de alargarme mucho, os voy a señalar en forma de lista las cosas que más me han gustado y/o llamado la atención de Amsterdam (que conste que es la primera vez que visitaba Holanda y ¡me ha gustado mucho!):
-Todo el mundo habla inglés perfecto. Lo que, como sabréis si sois turistas, ayuda muchísimo. Porque, ¿quién sabe holandés? Además, los ciudadanos de Amsterdam son realmente amables y educados. ¡Y responden a todas las preguntas!
-Amsterdam es una ciudad sin prejuicios. Y si no habéis estado allí, no sabéis hasta qué punto… No lo digo sólo por el famoso y sorprendente barrio rojo con sus escaparates con señoritas, sino porque en cualquier tienda, CUALQUIER TIENDA, se encuentran cosas tales como galletas de marihuana, piruletas con forma de vagina, pimenteros y saleros con forma de pene…
Al hilo de esto, una cosa que me sorprendió (para bien) es que en las tiendas había más figuritas de mujeres-mujeres y hombres-hombres besándose que figuritas de parejas heterosexuales haciendo lo propio. Algo impensable en España, claro.
-Todo el centro de Amsterdam está muy bien señalizado para ir andando, de modo que casi sin mapa puedes llegar a todos los lugares típicos de la ciudad. Obviamente siempre conviene tener un mapa por si acaso (si sales del centro, es imprescindible). Pero hasta ahora Amsterdam es la única ciudad de Europa que he visitado en la que sólo siguiendo los carteles llegas a todos los lugares turísticos.
-Además, Amsterdam está muy bien comunicado, con muchos buses desde la Centraal Station a pueblos encantadores como Edam, Marken, etc. de los que ya os hablaré otro día.
Por otra parte, mis visitas obligadas en Amsterdam son:
-La Casa de Ana Frank, «overwhelming» (como se dice en inglés). Y es que, aunque me encantó, es una visita sobrecogedora.
-La Sinagoga portuguesa , no tan conocida, es una auténtica delicia. Lo que más me gustó fue conocer un poco más de una cultura de la que apenas sabía nada.
-Finalmente, el mercado de Singel es un mercado muy chulo donde comprar flores y/o recuerdos.
Lo único que no me gustó tanto de Amsterdam es el increíble frío que hace (en diciembre, por lo menos)… ¡No he pasado tanto frío en mi vida! Aunque bueno, ya sabía a lo qué iba… ;P
En definitiva, Amsterdam se ha convertido en otro lugar más que añadir a la lista de imprescindibles. ¡Me encantó!
¡Hasta la próxima!
Espero poder terminar en Navidad el relato de mi viaje veraniego por Inglaterra y Gales, que ¡ya es hora!
PD. Feliz Navidad y Feliz Año Nuevo para todos los que me seguís leyendo pese a los retrasos en las actualizaciones. Bueno, ¡y para todos en general! 😉
Igual opino de Amsterdam esta en mi top 5 de ciudades favoritas, me encantó todo, todo, todo, feliz año 😉
Y además tiene ese toque diferente, ¿verdad? 🙂 Feliz año para ti también!!