Tras salir de Génova camino de Flandes por el Camino Español llegamos a Milán, en la Lombardía (Italia). Milán fue territorio español durante cerca de 150 años. Fue incorporado a la Corona Española tras la Batalla de Pavía (1525) entre los ejércitos de Carlos I de España y Francisco I de Francia. En la nombrada Batalla de Pavía, los Tercios españoles acudieron en ayuda de la guarnición española de Pavía, que estaba sitiada por el ejército francés. Al frente de la guarnición estaba el navarro Antonio de Leyva.
Los ejércitos españoles llegaron en medio del sitio francés y arrollaron completamente al ejército francés hasta el punto que casi todos los altos mandos franceses murieron en combate, e incluso el rey francés tuvo que luchar a pie cuando una compañía de arcabuceros vascos mataron al caballo que montaba.
Uno de estos soldados vascos, Juan de Urbieta (nacido en Hernani, Guipúzcoa) tomó personalmente prisionero al monarca francés poniéndole su espada en el gaznate. La derrota francesa fue total, y, por eso, en 1525, España se anexionó el Ducado de Milán o también llamado Milanesado.
Milán perteneció a España hasta el Tratado de Utrecht (1715), en el cual se perdió esa posesión. Milán, en la ruta a Flandes de los Tercios, era un punto clave y estratégico, ya que domina el Norte de Italia, y mediante los pasos de los Alpes permitía mandar ejércitos a Centroeuropa y Flandes. El Ducado se fortificó a conciencia, mediante el Castillo de Milán, las plazas fuertes de Asti, Lodi, el Fuerte de Fuentes cerca del lago Como, etc. Todo ello para permitir el tranquilo tránsito por el Camino Español.
En cuanto a lo que hay para visitar hoy en día en Milán, es una oferta tan amplia que es imposible citar absolutamente todo.
No obstante, entre lo más relevante de Milán, lo que no os podéis perder de ninguna manera, se encuentran: para empezar, la Catedral (en italiano duomo), con fachada neogótica, cuya construcción comenzó en 1387 y se prolongó durante cinco siglos (como inciso: aunque hay que pagar un plus, os recomiendo especialmente los tejados de la catedral , para mí lo más recomendable de todo Milán, una experiencia diferente y unas vistas maravillosas); la Piazza del Duomo, hoy plaza principal y centro de la ciudad moderna; la galería Víctor Manuel II, donde se encuentran algunos de los cafés y comercios más conocidos de la ciudad; la Plaza Mercanti, a pocos pasos de la Catedral, que constituye un “prueba silenciosa y recogida del medievo en Milán” con el Broletto Nuovo, la Logia de los Osii, el Palacio de las Escuelas Palatinas y la Casa de los Panigarola; el Palacio Real, por muchos siglos sede del gobierno de la ciudad, residencia de regentes y actualmente importante centro cultural; la Piazza della Scala con el famoso Teatro alla Scala, ópera más grande del mundo y escenario de representaciones memorables de Verdi, Puccini, Rossini, Bellini, etc.; la via Manzoni, la vía Montenapoleone y la vía del Gesù, donde se encuentra el Museo Bagatti Valsecchi, inspirado en los palacios señoriales del Cinquecento lombardo; el monasterio de Santa María de las Gracias, famoso por contar con la pintura de La última cena
, obra maestra de Leonardo da Vinci; el castillo Sforzesco
, comenzado por los Visconti y continuado por Francesco I Sforza, señor de Milán, y que actualmente posee un museo con importantes obras histórico-artísticas.
También son imprescindibles: la Basílica de San Ambrosio; el cementerio Monumental, de 250.000 metros cuadrados y donde descansan restos de ilustres milaneses; la Pinacoteca de Brera, inaugurada en 1809 en el edificio que acoge también la Academia de Arte; la Pinacoteca Ambrosiana; el Museo Poldi Pezzoli, fundado en la segunda mitad del siglo XIX; las galerías de los Musei del Castello, que albergan un gran número de obras maestras de la pintura; el antiguo Ospedale Maggiore, tradicionalmente llamado Ca’ Granda, uno de los primeros ejemplos de la arquitectura del Renacimiento en Lombardía; el rascacielos Pirelli construido en 1959, con 127 metros de altura; el Palazzo Lombardia, inaugurado oficialmente en 2011; la Torre Unicredit, el edificio más alto de Italia con 231 metros; el Parque Sempione, espacio verde urbano en el casco antiguo de la ciudad, junto al Castillo Sforzesco, que cuenta con el Palacio de la Triennale, el Arco de la Paz, la Arena de Milán y la Torre Branca; y finalmente el Museo de historia natural, que conserva importantes colecciones de minerales, restos fósiles, plantas y animales.
Hola! Muy bueno el post, a nosotros nos gustó mucho Milán!!
Te contamos que hemos dado de baja definitivamente el blog rodandocaminos.wordpress.com . Ahora estamos funcionando únicamente en la nueva plataforma: http://rodandocaminos.com Como eras uno de nuestros seguidores en el blog de wordpress (lo cual te agradecemos!) te contamos que podés seguir estando al día con nuestros contenidos suscribiéndote a nuestro Newsletter, a través del siguiente link: http://eepurl.com/bi1QPX Desde ya, muchas gracias por leernos y buenos viajes!!
Jajajaja, gracias!! Ya me he suscrito, nos leemos. Saludos!! 😉
Justo voy a Milán a finales de mes a un concierto, si no es muy caro subiré a los tejados 🙂
Te lo recomiendo! Ya me cuentas a ver qué tal, saludos bilbaínos jajaja